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lunes, 5 de junio de 2017

Columna del director editor

CAÍDA DE IMAGEN DE CARABINEROS Y EL GENERAL DIRECTOR

Por Walter Krohne

El fraude en Carabineros que involucra ya a 60 personas y “un botín” que asciende a 21.500 millones de pesos hizo caer de golpe la confianza que los chilenos tenían en la institución policial uniformada, como lo señaló el viernes la encuesta CEP. Esta mañana, aparte de las 51 personas de las semanas anteriores, fueron formalizados otras 11 subiendo a 62 el número de implicados directamente en el mayor fraude de la historia de esta y de otras instituciones armadas chilenas. Los delitos se cometieron entre los años 2006 y 2017.

En la encuesta CEP (Centro de Estudios Públicos) el nivel de confianza en la institución cayó 17 puntos porcentuales bajando de 54 a 37 puntos. Hasta el año pasado Carabineros era una de las instituciones en las que el chileno confiaba con firmeza y seriamente. Esta caída fue atribuida precisamente a este fraude.

Por otra parte, la percepción que tienen los consultados sobre la corrupción al interior del organismo aumentó 13 puntos porcentuales llegando a un 46%.

Un análisis sobre lo que está ocurriendo en Carabineros debe contemplar necesariamente el deterioro no solo de la imagen institucional, sino que también el estado de ánimo de su personal.  Y en este punto el papel que ha jugado su General Director Bruno Villalobos no ha sido el más adecuado, porque en el tiempo que ya dura la investigación ha quedado demostrado que la institución, especialmente por el trabajo de seguridad y estratégico que realiza, requiere prácticamente de una refundación. Sus estructuras están todas o en gran parte carcomidas por la corrupción y el vicio del dinero mal habido. En el último grupo de 11 detenidos, cinco son coroneles en retiro, es decir formaban parte, hasta hace relativamente poco tiempo, de la plana superior de la institución.

Derechos Humanos

Junto a su mando institucional, a Villalobos lo persigue también su pasado que lo involucran en supuestos hechos de violaciones a los derechos humanos, como la muerte del estudiante universitario, miembro de la Fech Patricio Manzano,  ocurrido en medio de trabajos voluntarios en Los Andes en  plena dictadura militar el 8 de febrero de 1985, caso que investiga el ministro en visita  Mario Carroza.

La causa había sido sobreseída, pero en 2015 la Quinta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago ordenó al juez Carroza que realizara  una serie de nuevas diligencias tendientes a establecer la participación de organismos de inteligencia en eventuales apremios ilegítimos que terminaron con la vida del estudiante de ingeniería. Esta investigación condujo a la Policía de Investigaciones PDI a indagar sobre el  listado de uniformados que participaron de la detención de un grupo de jóvenes entre los que se encontraba Manzano, figurando en éste el nombre del actual Director General de Carabineros quien en ese tiempo, con 25 años de edad,  tenía el grado de teniente e integraba una rama de Fuerzas Especiales. El alto oficial le reconoció al ministro Carroza haber estado en esa fecha en Los Andes, pero no en el lugar donde se produjeron los apremios ilegítimos. Patricio Manzano es reconocido como el primer mártir de la Fech, quien habría fallecido después de sufrir una crisis respiratoria que terminó en un paro cardíaco.

Robo de armas

Pero el fraude y la historia personal de Villalobos no es todo lo que está pasando al interior de Carabineros, ya que la semana pasada, se denunciaron  robo de armamento de la policía uniformada y venta ilegal  de armas.

Al comienzo se habló de extravío de armas desde la Escuela de Formación de Carabineros (Esfocar) ubicada en Cerrillos. Esto se supo después que la sección de investigación policial de la 41° Comisaría de La Pintana realizó varios allanamientos en esta comuna debido a una denuncia, donde se recuperó una subametralladora Uzi que se encontraba extraviada desde la escuela en Cerrillos.
Inmediatamente se desarrolló una investigación debido a que no había reporte sobre el armamento sacado ilegalmente de la unidad, confirmándose que en la Esfocar faltaban o habían desaparecido “por arte de magia” 29 revólveres, dos chalecos antibalas y tres esposas. Lo peor de todo es que no hay claridad sobre el número de armas desaparecidas por la no existencia de un registro oficial de las mismas.

Más tarde se supo que  cinco carabineros habían sido dados de baja en la comuna de San Bernardo después que se descubriera que vendieron sus armas de fuego personales sin respetar el protocolo establecido por la institución.
Según informó radio Biobío, se trata de 6 pistolas de 9 milímetros, de las marcas Glock, Taurus y Magnum.

Cuatro de los involucrados mantenían un arma cada uno y uno de los uniformados tenía dos armas inscritas.

El Ford Galaxie

Pero la guinda de la torta ha sido el caso del automóvil presidencial, también a cargo de Carabineros,  que cumplió ya una vida útil de 50 años y que comenzó cuando la Reina Isabel de Inglaterra visitara Chile cuando Eduardo Frei Montalva estaba en La Moneda (1964-1970).

Nadie sabe muy bien lo que ocurrió, pero se dice que el automóvil tenía que estar en el Palacio Presidencial de Viña del Mar a una hora determinada, pero hubo atrasos inexplicables, de esos que nunca faltan. Así se decidió entonces, para evitar mayores problemas,  que un carabinero como conductor y otros como escoltas en motocicletas lo llevaran por autopista a una velocidad de 160 kilómetros por hora, siendo el límite entre 100 y 120. ¿Qué pasó?, cuando lo recomendable era transportarlo en un camión hasta el Cerro Castillo en Viña.

 El cincuentenario  Ford Galaxie, por la velocidad y el esfuerzo, fundió sus “fierros”, según algunos, y otros señalaron que el desperfecto había sido en el sistema eléctrico. Nadie dice claramente lo que ocurrió o los carabineros no quieren hablar más de tragedias y tormentos porque ya les da vergüenza disculparse tantas veces.

El ministro y Bachelet

Pero el Gobierno  defiende a pie juntilla al General Villalobos, tampoco nadie sabe por  qué. Para algunos es un asunto de amistad y cercanía ya que él fue, en el primer periodo presidencial de Bachelet, una especie de guardián, guardaespaldas o vigilante de alto nivel de la Mandataria  en su casa que entonces ocupaba en el barrio de El Golf. 

El ministro del Interior Mario Fernández Baeza, estima que tanto el fraude como la desaparición de las armas son hechos graves y delicados, pero ayer en TVN agregó que para el alto mando de Carabineros y para Villalobos “su responsabilidad es aclarar los hechos” (¿también el caso de Los Andes?)

¿Por qué tendríamos entonces que pedirle la renuncia?” concluyó el jefe del gabinete.



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